La actriz de 61 años está criando a su nieta Carolina, de un año, y no se arrepiente de la sesión de fotos desnuda.

En el otoño de 1988, se emitieron los primeros episodios de la serie de televisión brasileña Slave Izaura en la URSS. El efecto fue impresionante: las cabañas de verano pasaron a llamarse haciendas en todas partes, y el nombre del personaje principal se convirtió casi en un nombre familiar.
Lucelia Santos, de 61 años, que interpretó a la esclava Izaura, vive en Río de Janeiro. Recientemente, la actriz contó a “Interlocutor” sobre su vida.
El artista nació en una familia de clase trabajadora. Sus padres estaban muy orgullosos de la gran fama que cayó sobre la hija mediana a los 19 años tras el estreno de la serie Slave Izaura en las pantallas. El trabajo de Lucelia con la compañía cinematográfica Globo duró poco: unos años más tarde, se rescindió el contrato con ella porque aceptó actuar para otra compañía cinematográfica. Ahora Santos ha perdido todos los derechos sobre el nombre de Isaura y, quizás, hasta los carteles de aquellos años con su imagen.
Lucelia Santos practica el budismo desde hace muchos años. La actriz señala que estas creencias le resultaron completamente naturales: “Nací en un país católico, me bautizaron en una iglesia católica, pero enseguida me identifiqué con las enseñanzas budistas”. La actriz practica yoga, pero no acepta el hinduismo. Lucelia se llama a sí misma seguidora de las enseñanzas religiosas y filosóficas del Buda del Dharma.
Lucelia no se arrepiente de fotografiar desnuda para la portada de la versión brasileña de la revista Playboy. Según la actriz, la iglesia y el público tampoco la criticaron, pero reaccionaron con calma a esto: “Después de todo, soy una persona creativa. En general, creo que Brasil es un país menos conservador que Rusia, aquí hace calor y la gente va semidesnuda, por lo que es bastante normal que veamos un cuerpo desnudo. El nudismo no sorprende a nadie.”
La actriz está segura de que es una buena ama de casa. Lucelia prescinde de una criada y hace todo ella misma en casa. Solo a veces invita a un asistente para cuidar el jardín, los animales y una casa grande cuando ella misma se va de viaje. La actriz rompió con su marido tranquilamente, señalando que el final del matrimonio es un proceso natural. Santos se llama a sí misma una mujer completamente independiente y planea seguir siéndolo, incluso si se vuelve a casar. Su hijo Pedro Neschling, de 36 años, se convirtió en un actor famoso en Brasil, y hace un año Lucelia se convirtió en abuela y disfruta hablar con la pequeña Carolina.